Por Sergio Arévalo

El primo de un amigo tiene su esposa,  trabajo estable, da clases en una Universidad de prestigio con tendencias católicas, toma el almuerzo con su familia los domingos y aporta al Teletón cada diciembre, el detalle es con unas copas de más, se besa y acuesta con quien se le ponga enfrente (sea hombre, mujer o quimera), seduce estudiantes, y con tal de pasarla bien sus valores morales los pasa por el arco del triunfo, esto claro “por culpa del alcohol”.

Cuentan los abuelos que los borrachos y los niños dicen la verdad, pero de ser así los políticos de nuestro país al mostrarse ante la cámara con unas copas de alcohol de más nos han dejado ver que su publicidad e imagen antes de llegar al poder es mera faramalla, recordemos a un Emilio González ex gobernador de Jalisco que al llegar en presunto estado etílico a un evento empezó a arremeter contra sus detractores demostrando su abundante léxico cuando de groserías se trata.

La palabra ebrio se maneja para aquellas personas que tienen alteradas sus facultades físicas y mentales por haber ingerido una cantidad excesiva de bebida alcohólica como Jorge Kahwagi que apareció en San Lázaro con aspecto desaliñado, sudoroso y con la camisa de fuera en plena sesión de Comisión de Gobernación y que, al momento de tocar su turno para intervenir, el alcohol se hizo mostrar, por otro lado no olvidemos que en su momento se dijo que el ex presidente Felipe Calderón tenía un fuerte problema de bebida ¡salud mi presidente!

Podríamos hablar de ebriedad de poder, cuando la persona esta alterada no tanto física pero sí mentalmente por una supuesta superioridad ante la sociedad por ocupar un puesto político o económico, es aquí donde el discurso que se viene manejando, las acciones realizadas con anterioridad, la forma que llevaba su imagen pública se desploma por esos sorbos que el mundo político le brinda a sus miembros, esto dándose más en los “nuevos” miembros de la polaca al tomar y marearse con un simple “shot” de poder.

Cuantos políticos nos han permitido ver una cara en la que demuestran tener más de una personalidad, mostrando una cara frente a las cámaras, otra en su casa y una más cuando de mostrar su poder se trata, pocos han sido los que han reflexionado que la política es una montaña rusa en donde en ocasiones se está arriba, en otro mero abajo y puede ser que estés en un mismo lugar mucho tiempo…congelado.

¿Cuántos millones tiene que haber en la cuenta de un político para olvidar su papel con la sociedad? Los políticos tienen un no sé qué, que qué se yo que al hablar parecieran encantador de serpientes, le cree uno todo, nos brindan la confianza, y le damos nuestro voto. Cuando el político llega a la silla y prueba las “copas del poder”, toda la credibilidad pasa al mismo lugar donde va el alcohol después de digerirlo, la única esperanza que nos queda es que al final de todo le dé una tremenda cruda mural, aunque claro hay unos que prefieren “conectarla” para no sentir ese efecto.

La esposa de mi amigo sabe lo que tiene en casa, al momento del reloj cucú marcar las doce y no ver al marido en la cama, sabe que posiblemente estará con copa en mano o en la cama…de otra persona, ella se miente diciendo que no la engaña, que es meramente sexo por culpa del alcohol, ¿pero el político borracho de poder qué le dirá al pueblo? ¿qué mentira nos podemos decir? “ya vendrán tiempos mejores” “ya vendrán políticos mejores”.

@sergioharevalo

Por UNIMEDIOS DIGITAL

Agencia de Noticias fundada en noviembre de 2011 como un medio de información digital. Primer lugar en el Concurso Nacional Coberturas Periodísticas #PeriodistasContraLaTortura en 2022 organizado por Documenta. Dos premios estatales de Periodismo 2016 y 2018 en Coahuila en la categoría de Reportaje.