En estos 60 días de campaña electoral en Coahuila que este miércoles se cumplen, hemos conocido las propuestas de cada uno de los cuatro candidatos; hemos visto los debates (el primero de ellos tan polémico) y los hemos seguido en redes sociales día y noche.
Pero muy poco o casi nada se ha hablado de las compañeras de los candidatos. ¿O usted sabe quiénes son?, ¿qué hacen?, ¿qué es lo que anhelan como ciudadanas de este estado?
En lo personal no me gusta el término «esposa», creo que la palabra «compañera» es lo más cercano a mi concepto del matrimonio.

Paola Rodríguez, Guadalupe Mandujano, Esther Talamás y Marlenne Cañas son las mujeres que han acompañado a estos hombres de política en momentos buenos y malos.
Son el equilibrio y en ocasiones, el capitán del barco cuando el oleaje se vuelve intenso y las dificultades amagan.
Pero, ¿qué le correspondería hacer a la primera dama de Coahuila? Me he preguntado esta mañana mientras observo desde la ventana de mi casa que da a la calle Allende, en Saltillo, Coahuila .

Quien sea la primera dama del estado tiene, a mi parecer, un reto muy importante: llegar a más coahuilenses, ser el lado sensible y humano, pero inteligente y audaz.
No me refiero a sólo tomarse la foto que tanto se critica en los eventos, sino a atreverse a mostrarse cómo es, a ser fuerte y también vulnerable cuando se requiera.
A no permitirse ser silenciada o «muñeca de aparador» porque ya los tiempos de ahora exigen un dinamismo distinto.

A trabajar más. A desgastarse los zapatos, a ensuciarse, a recorrer los sectores vulnerables donde nadie quiere llegar, no solo prometiendo, sino cumpliendo.
Tenemos de vecina a una primera dama que ha sido muy criticada desde el inicio de campaña rumbo a la gubernatura de Nuevo León, Mariana Rodríguez.
Mentiría si dijera que siempre estuve de acuerdo con lo que veía de ella en redes sociales, pero la verdad es que no.
Sin embargo, reconozco que logró algo muy importante. Además de sacar adelante el tema de la reconstrucción del espacio del DIF Capullos, ha sabido cómo eliminar el mito de la primera dama inalcanzable.

No se ha quedado quieta en su casa o encabezando eventos altruistas; ha trabajado y le ha hablado con altura a los diputados que cuestionan su trabajo en Capullos sin conocer las nuevas instalaciones.
Se ha equivocado también, como todos. La hemos visto vulnerable, aceptando que por “el «privilegio» desconoce muchos temas, pero está dispuesta a aprender. Y creo que cuando somos más honestos, las cosas toman otra perspectiva.

En la Ciudad de México, tenemos a Beatriz Gutiérrez, compañera del presidente de México, Andrés Manuel López Obrador AMLO, quien se autonombró como la No Primera Dama.
Y aunque me gustaría que fuera más cercana a la gente, que mostrara su compasión con los sectores vulnerables, valoro que sea una mujer preparada y que esté al pendiente de lo que ocurre en su país.

Todo eso me hace pensar que el trabajo y el equilibrio van de la mano, que la chamba es en equipo y que debemos acabar ya con esa tradición de que las mujeres solo acompañan a sus maridos.
Los cuatro candidatos Manolo Jiménez, Lenin Pérez, Ricardo Mejía y Armando Guadiana, coincidieron en trabajar por las mujeres, en empoderarlas, que sean libres, que estudien, en que se preparen y , logren sus sueños.

A ellos les digo, empiecen por su casa, denle el lugar que merecen a su compañera, así como se lo dan a sus compañeros trabajadores.
Que no quede en discurso, sino en acción.