EFE
El FBI descartó que la carta dirigida al Presidente de EE UU esté relacionada con las explosiones registradas el lunes en el maratón de Boston.
La capital estadounidense vivió este miércoles una jornada de nerviosismo y alerta tras conocerse que una carta que aparentemente contenía ricina fue enviada al presidente Barack Obama y detectarse tres paquetes sospechosos dirigidos al Senado.
El FBI descartó que la carta dirigida a Obama esté relacionada con las explosiones registradas el lunes en el maratón de Boston, al señalar que «no hay indicios» que conecten ambos sucesos.
No obstante, la cercanía de los hechos contribuyó a aumentar la preocupación en un país con los nervios a flor de piel debido a la incertidumbre en torno a los ataques del lunes, que dejaron tres muertos y más de 170 heridos.
La misiva dirigida a Obama estaba impregnada de una «sustancia granulada que dio positivo como ricina en un test preliminar» y fue interceptada el martes, al día siguiente de los atentados, en una oficina de correos fuera de la Casa Blanca, según informó el Buró Federal de Investigaciones (FBI).
«El sobre, dirigido al presidente Obama, fue inmediatamente puesto en cuarentena por el personal del Servicio Secreto, y se inició una investigación coordinada con el FBI», indicó la agencia.
La carta llegó el mismo día que otra dirigida al senador republicano Roger Wicker, y que también dio positivo por ricina, una toxina cuyo polvo blanquecino es mortal sólo con inhalarlo, si llega al torrente sanguíneo.
Un boletín del FBI obtenido por la cadena NBC News revela que ambas misivas fueron enviadas el 8 de abril desde Memphis (Tennessee) y contienen el mismo texto: «Ver algo incorrecto y no exponerlo es convertirse en un aliado silencioso de su continuación».
Las dos tienen además la misma firma: «Soy KC y apruebo este mensaje».
La senadora Claire McCaskill aseguró el martes que las autoridades habían identificado a un sospechoso en relación con la carta enviada a Wicker, pero no precisó si este fue arrestado.
Obama fue informado el martes y esta mañana respecto a ambas misivas, según indicó a los periodistas el portavoz de la Casa Blanca, Jay Carney.
«Esto no ha afectado en ninguna manera a las operaciones de la Casa Blanca ni ha llegado en absoluto cerca del presidente», dijo Carney.
El Servicio Secreto no ha proporcionado detalles sobre la carta, más allá de señalar que fue interceptada en una oficina que «de manera rutinaria identifica misivas o paquetes que requieren más controles o pruebas científicas antes de su entrega».
El FBI informó además que los filtros de una segunda oficina de revisión de correo dirigido a la Casa Blanca también «dieron positivo por ricina esta mañana», por lo que el correo de esas instalaciones está siendo sometido a pruebas y advirtió de que los resultados de los distintos análisis pueden ser «inconsistentes».
«Sólo un análisis completo efectuado en un laboratorio acreditado puede determinar la presencia de un agente biológico como la ricina» en la carta enviada a Obama, indicó el FBI, que espera tener resultados definitivos en las próximas 24 a 48 horas.
Mientras, la policía del Capitolio de EE.UU. ordenó cerrar temporalmente parte de dos edificios de oficinas del Senado tras recibir informes sobre dos paquetes sospechosos, sin que por el momento haya trascendido si contenían alguna sustancia.
Las autoridades analizaron los paquetes e interrogaron al individuo que los entregó en la recepción de esos inmuebles en contra del protocolo de seguridad del Congreso, que exige que toda la correspondencia se envíe a una oficina situada a las afueras de la capital, en el estado de Maryland.
Una tercera «carta de apariencia sospechosa» fue enviada a la oficina del senador demócrata Carl Levin en su estado natal, Michigan, según informó el legislador en un comunicado.
«La carta no se ha abierto y el personal de la oficina», localizada en la ciudad de Saginaw, «alertó a las autoridades, que ahora están investigando», indicó Levin, quien subrayó que aún se desconoce «si el correo presentaba una amenaza».
El FBI advirtió de que es probable que «se sigan recibiendo cartas» mientras las autoridades intentan esclarecer los motivos.