POR RODRIGO FLORES
- Afirma psicóloga que esta situación podría incidir en conductas agresivas y suicidas
UNIMEDIOS/SALTILLO, COAHUILA. 14 de enero de 2020.- El consentimiento de los padres y la falta de atención hacia los hijos ha generado que los niños y jóvenes en la actualidad no tengan un control de sus impulsos, lo cual en un futuro les podría generar tendencias agresivas o suicidas.
La directora de la Facultad de Psicología de la Universidad Autónoma de Coahuila, Karla Patricia Valdés García, señaló que vivimos en una época en la que los niños y jóvenes no tienen un control de sus emociones, lo cual los lleva a realizar conductas de riesgo y que en el peor de los casos, llegan al suicidio.
“Estamos observando que en los adolescentes hay una aparente falta de control de impulsos, hay una falta de un manejo emocional, que también se dio en el caso de Torreón, si yo me siento enojado, por algo que me está sucediendo, en lugar de encontrar una forma de hablar del tema, de resolverlo, termino lastimando a otros o a mí mismo, que es el caso del suicido, es algo grave e importante”, dijo.
Ante esta problemática, señaló que se ha exhortado a los padres de familia para que no solo den amor a sus hijos, sino que también impongan reglas o límites, que frustren de alguna manera algunos de sus deseos, ya que esto les ayuda en la etapa adulta, a soportar frustraciones y saber manejar situaciones difíciles.
“La tarea de los padres de familia son básicamente dos: darles amor, cariño, y afecto; pero también límites y reglas. Si un niño pequeño, hablamos de cuatro o cinco años se pone triste y el papá en lugar de ayudarle a entender esa tristeza, dejarlo manifestarla abiertamente, lo que hace es reprimirla, en lugar de hacer otro tipo de desarrollo de este control emocional, en un futuro estos niños no van a saber enojar, manifestar tristeza, enojo, incluso la alegría y al euforia”, comentó.
La especialista agregó que debido a este tipo de problemas emocionales se está trabajando en proyectos con bachilleratos de la Universidad, principalmente, para establecer programas en habilidades para la vida donde se les habla sobre la comunicación y el control de las emociones en los jóvenes que les ayudarán a futuro en su proyecto de vida.