El Sexo es una palabra que evoca muchísimos recuerdos, historias, experiencias, mitos, tabúes, misterios y sobretodo, curiosidad. Si bien la Sexualidad Humana se trató de mostrar como un aspecto animal o salvaje del cual sólo quiénes no tenían sosiego lo ejercían con placer. Fue hasta finales del siglo XX, cuando los psicólogos tomaron mayor conciencia de la diversidad de conductas sexuales o expresiones de ésta. Las investigaciones en esos tiempos eran controversiales y secreto a voces. Sigmund Freud hablaba de etapas psicosexuales asegurando que en cada estadío de la vida, nuestra sexualidad era constante desde que nacíamos. Para hablar y compartir sobre nuestra sexualidad es preciso saber que hay dos fuerzas que son constantes a lo largo de nuestra existencia; Eros, que es instinto del Amor, Sexo y Atracción y Tánatos, ese instinto de la Muerte y Agresión. Cuando leemos “instinto”, “atracción”, “agresión” o “sexo” en un mismo enunciado nos genera desde aversión hasta culpa de lo que por nuestro pensamiento pasa para expresarse o para reprimirse y ocultarlo. La Sexualidad Humana comprende desde nuestro cuerpo, las expresiones de comportamiento y los roles que no han sido conferidos por ser hombre o mujer. El ejercicio de la sexualidad es y será un tema que brinda grandes avances en el sentido de como los seres humanos vamos dejando de lado las ataduras de los convencionalismos sociales y comenzamos a DISFRUTAR. Cuando una pareja acude a sesión con el psicólogo, no va a ser enseñado en cómo se lleva a cabo un acto sexual sino a despojarse de los tabúes, creencias irracionales o inclusive culpas. Las disfunciones sexuales, se hablan pero no se preguntan abiertamente porque ¿cómo voy a decir que no llego al orgasmo?, ¿cómo voy a contar que duro este tiempo?, ¿el tamaño o tiempo importará? ó ¿será que ya no me desea como antes?, ¿porqué mira a otras?, ¿si pido esto me veré mal?, ¿cómo le digo que finjo que llego cuando estamos juntos?… preguntas que van danzando por la mente y pasa el tiempo y creemos que los problemas con la pareja son porque no nos da flores, no nos lleva al cine, se molesta si salgo con amigos, llego tarde del trabajo o ya no me arreglo como antes. Estas razones más allá del reproche por aquel “antes si hacías esto”, en parejas sexualmente activas sucede por una comunicación confusa en el verdadero mensaje. Es más fácil decir: “ya no eres la persona de ayer”; cuando en realidad lo que se quiere decir es: “hace tiempo que el estar contigo en la cama ya no me atrae como antes”. En los hombres es el no poner en tela de juicio la virilidad y en las mujeres, el no verse exigente ya que eso indicaría tener algún antecedente. Estas fuerzas de atracción y agresión juegan a la luz del sexo, un placer que para comprenderse es necesario tener claro que esas expresiones de buscar el deseo del otro y no obtenerlo, ó el tener esa tensión sexual y sentirla prohibida te invita a no dejarla. Ahora te pregunto, ¿hace cuanto tiempo que tienes a tu pareja y ya no han explorado otros lugares o han desarrollado alguna fantasía?…Una verdad es que el órgano sexual más importante que lo exime de tamaños o tiempos es y será por siempre: el Cerebro, la cantidad de imágenes e información proveniente de las sensaciones es maravillosa. Te invito a ejercer tu sexualidad bajo tres preceptos: disfrútala sin daños a ti o a alguien más, consciente tú así como otro de aquel encuentro y conoce tu cuerpo porque nadie sabe a dónde va sin antes haber consultado el camino. Recuerda que lo que es nuestro es el Cuerpo y la Sexualidad, ¿cómo lo vas a seguir descubriendo?