Por Víctor S. Peña

Los factores reales del poder, esos fenómenos complejos que moldean la manera en que se hacen las cosas en los gobiernos. Pudieran no estar en una ley o reglamento, pudieran no ser socialmente aceptados, pero ahí están y cuentan.

Diferentes menciones podemos encontrar en la literatura: Ferdinad Lassalle, en su discurso “¿Qué es una constitución?”, los empleaba para explicarnos la naturaleza del documento con ese título. En el ya clásico ensayo de Norberto Bobbio “Las promesas incumplidas de la democracia”, se asoman bajo las formas (de caber la expresión) del poder invisible.

En nuestro medio, a la par de esta segunda década de siglo, los cárteles son factores reales del poder. No solo la violencia que ejercen de manera directa, sino la que de manera indirecta provocan y la sensación permanente de inseguridad que todo esto acarrea, incide en la manera en que se gestiona lo público. ¿Qué tanto? Cuando se quiere tener una perspectiva amplia del problema, se dice “mira el bosque, no el árbol”. Lo complicado del asunto aquí está cuando el bosque está en llamas y poca tranquilidad se tiene para buscar la panorámica.

Por eso, un texto como el recientemente publicado bajo la forma de Cynthia Rodríguez, “Vivir sin la mafia en Sicilia” viene, además de ilustrar, a ser motivo de esperanza. Porque, como comienza el texto, Sicilia “es la cuna de la mafia, pero también de la antimafia”.

El texto arranca con un episodio ocurrido el 23 de mayo de 1992, una bomba de 300 kilos de explosivos y la muerte del magistrado Giovanni Falcone. Muchas muerte habría después, muchas hubo antes. Era el Estado italiano, una parte al menos, contra el orden extralegal establecido por la mafia. Dice la autora, se trataba de “hombres honestos que perseguían con escasos instrumentos jurídicos a los mafiosos que resultaban siempre más organizados y más fuertes”. La mafia estaba en todos los espacios públicos, pero algo debía hacerse.

Y se hizo. Y tardó años y se cobraron muchas vidas.

Ahí está un bosque que resurge de sus cenizas. Veinte años después, se pueden hacer varias reflexiones sobre aquella experiencia. De cómo lo malo se come el espacio de lo público y envenena su gestión. De cómo entre delincuente y burócrata o político puede no haber diferencia y de cómo la sociedad no lo soporta por mucho tiempo.

Factores reales de poder. La gestión de lo público. De tiempos para aprender de experiencias ajenas y tener esperanzas porque el amanecer viene pasada la noche.

Más información en la red de redes

  • Me permito recomendar el escrito “Vivir sin mafia en Sicilia” de Cynthia Rodríguez para “Domingo” de El Universal. Aquí la liga: http://bit.ly/Lm3a6q
  • La página personal de la socióloga  Alessandra Dino, experta en el comportamiento mafioso, puede consultarse en www.alessandradino.it

Para estar en contacto:

@victorspena

www.victorspena.com

Por UNIMEDIOS DIGITAL

Agencia de Noticias fundada en noviembre de 2011 como un medio de información digital. Primer lugar en el Concurso Nacional Coberturas Periodísticas #PeriodistasContraLaTortura en 2022 organizado por Documenta. Dos premios estatales de Periodismo 2016 y 2018 en Coahuila en la categoría de Reportaje.