Por: Arturo R. Zamarrón
Dice la leyenda que Ulises se ato al mástil de su barco para evitar sucumbir al canto de las sirenas. Lo anterior nos enseña que hay que atarse a la realidad y no caer ante los encantos de la fantasía.
En este inicio de año hemos visto como se incremento el pago de algunos impuestos y otros que nos habían profetizado que desaparecerían tomaron su segundo aire, solo que corregidos y aumentados; La culpable de ello es la “mítica” deuda estatal ( la cual no vamos a discutir si es de 35 o 25 o 15 mil millones pero su existencia es innegable) querámoslo o no la necesidad de remediar la situación es imprescindible, más allá de las declaraciones acerca de que ello no afecta la estabilidad de las finanzas estatales la verdad es que 2 + 2 no son 5.
No podemos sentirnos engañados, siempre habíamos sabido que la deuda necesitaba reducirse y solo hay dos caminos para lograrlo: La reducción del gasto y/o el incremento de ingresos públicos.
En el primer punto se redujeron considerablemente las adquisiciones en las diferentes instituciones del gobierno estatal así como una reducción en la plantilla laboral, esto afecta en forma indirecta a varias empresas y negocios que tenían como gran “mecenas” al gasto público para incrementar sus ventas.
Por otro lado, para incrementar los ingresos estatales se fueron por el camino fácil: incrementar el pago de los impuestos y demás servicios que presta el gobierno estatal.
Sin embargo, las “sirenas” todavía cantan que la salvación viene por parte del nuevo gobierno federal.
No nos engañemos dos veces, el nuevo gobierno federal también tiene compromisos que resolver, la deuda del gobierno de Coahuila es solo una más. La herencia que recibió la incipiente administración federal es una colección de Estados de la república endeudados hasta el “copete” (sin hacer alusión a ninguna persona en especial) .
Un rescate federal cual tendría las mismas consecuencias que he descrito anteriormente, solo que será a nivel nacional y al final, como siempre, terminaremos pagaremos la deuda.
Debemos aprender a ser realistas, ver como realmente está el entorno de las cosas en el estado , mantenerse siempre informados por varias fuentes y aceptar que las cosas no se resuelven mágicamente con buenos discursos y buenas intenciones.