Los narcotraficantes importan las piezas y las ensamblan en México, advierte firma estadunidense que llama a restringir la venta de los componentes.
Con información de Excélsior
Los cárteles de las drogas mexicanos le están dando vuelta a la ley en Estados Unidos para hacerse de armas, denunció Kristen Rand, directora del área legal del Violence Policy Center (VPC), una organización dedicada a promover normas para restringir la venta ilegal de pertrechos.
Explicó que las autoridades estadunidenses han observado en los últimos meses un auge en el mercado de partes de armas, ya que bajo las leyes locales estos componentes no son considerados armamento, por lo que si una persona es detenida con decenas de ellos no está cometiendo delito.
“Los traficantes las transportan a México y las ensamblan, así le están dando la vuelta a la ley. El mercado está enfocado en las estructuras —la caja que contiene el cargador, el gatillo y el percutor— de las metralletas AR15”, detalló.
Los compradores hormiga que trabajan para los cárteles en EU transportan los componentes y los pasan sin problemas por la frontera.
“Es un gran problema, pues en la aduana es difícil que los agentes identifiquen entre un montón de fierros las partes de las armas”, dijo.
La falta de reglamentación en EU complica la situación, porque mientras las empresas que manufacturan o importan armas están obligadas a identificarlas, esto no aplica para los componentes.
Adquieren más armas por partes
Autoridades de la Unión Americana han detectado un mayor traslado de componentes por parte de grupos criminales para ensamblarlos aquí.
En los últimos meses, las autoridades en Estados Unidos han observado un auge en el mercado de partes de armas y bajo las leyes estadunidenses estos componentes no son considerados armas, por lo que si una persona es detenida con decenas de ellos no está cometiendo ningún delito. Los cárteles de la droga se están beneficiando de esto, comprando estas partes y manufacturando sus propias armas.
“Los traficantes han estado comprando estas partes, las transportan a México y las ensamblan; así le están dando la vuelta a la ley”, expresó Kristen Rand, directora del área legal del Violence Policy Center (VPC) dedicada a promover leyes que restrinjan la venta ilegal de armas.
Rand explicó que recientemente “vemos estructuras de armas -la estructura es la caja que contiene el cargador, el gatillo y el percutor. Algunos son importados y otros hechos aquí en EU, parece que el mercado está muy enfocado en las estructuras de las metralletas AR15, hay compañías que se dedican exclusivamente a eso”.
Los compradores hormiga que trabajan para los cárteles están comprando en Estados Unidos los componentes de las armas y las pasan por la frontera: “Se está convirtiendo en un gran problema, pues en la aduana es difícil que los agentes identifiquen entre un montón de fierros, las partes de las armas”, dijo Rand.
Los retos
Es un situación que ya identificó la Oficina de Rendición de Cuentas del Gobierno de EU (GAO) en el reporte Trafico de Armas: los esfuerzos de Estados Unidos para combatir el tráfico hacia México han mejorado, pero aun prevalecen algunos retos de colaboración, publicado la semana pasada.
“Funcionarios estadunidenses y mexicanos nos explicaron que una nueva complicación en su lucha contra el tráfico de armas es el transporte de partes de armas de EU a México, para después ser ensambladas”, señala el reporte.
Y la ley estadunidense complica la situación aún más pues mientras las empresas que manufacturan o importan armas están obligadas a identificarlas con números de serie, esa obligación no se aplica a los componentes de las armas.
Todavía más, aunque las tiendas de armas en Estados Unidos están obligadas a informar de las ventas de armamento que realizan, no tienen la obligación de informar a la autoridad sobre las ventas de partes de armas, así lo expone GAO.
Otra cuestión clave es que la ley estadunidense prohíbe que un exconvicto tenga en su poder armas o municiones, pero no le prohíbe tener en su poder componentes de armas.
En cuanto a la magnitud del fenómeno, el informe de GAO habla de que “la Agencia de Alcohol, Tabaco, Armas y Explosivos (ATF) ha hecho recientes incautaciones de armas hechas con partes que no tienen número de serie y las incautaciones de máquinas para ensamblar armas en México sugieren que las organizaciones criminales están usando cada vez más este tipo de armas”.
Al hacer el informe, los investigadores de GAO entrevistaron a funcionarios mexicanos que les informaron que en 2014 hubo dos casos importantes de incautación de armas hechas en casa: en Guadalajara donde la policía incautó cientos de piezas para hacer rifles de asalto, y en Tijuana, donde se incautaron 25 rifles que estaban siendo ensamblados con componentes estadunidenses.
Excélsior publico el 6 de septiembre de 2015 el reportaje Las armas fantasma, hacen fusiles que no dejan huella, en el que se narraba cómo la PGR localizó una fábrica de armamento ilegal en Guadalajara, donde cada semana se ensamblaban 100 armas.
La estrategia de los cárteles
La Ley de Control de Armas de 1968 establece que cuando la estructura de un arma -la que contiene el cargador, el gatillo y el percutor- está terminada, es considerada un arma por la ley, pero cuando la estructura no está terminada y aún no se le han hecho los orificios que se requieren para instalar el cargador, el gatillo y el percutor, no es considerada un arma por la ley.
Rand explicó que los carteles están aprovechando esta disposición de la ley para comprar estructuras no terminadas, comprar las demás partes y manufacturar las armas.
Responsabilidad de la Casa Blanca
Para Rand, la administración del presidente estadunidense Barack Obama debería tomar acción inmediata para hacer frente a esta nueva modalidad en el tráfico ilegal de armas hacia México.
“La administración Obama podría lidiar con este problema si la ATF determinara que las estructuras de armas que no están terminadas, en realidad son equivalentes a una estructura terminada y ante la ley deben ser consideradas como armas”, manifestó Rand.
Si se les clasificara como armas y fueran tratadas como tales, las tiendas tendrían la obligación de informar cuántas estructuras de armas venden, y antes de vender una, tendrían que hacer la revisión de antecedentes del cliente en una base de datos.
La revisión de antecedentes permite que a través de un software, el vendedor investigue si el comprador tiene o no antecedentes penales, y si los tiene, no le puede vender el arma.