Basta de dar “pescados”….es mejor la “red para pescar”……
Por: Chrystian Estrada
¿Es mejor dar el pescado o enseñar a las personas a pescar? es una pregunta lanzada al “aire”, de esas que abundan en las redes sociales, en donde la respuesta mas popular se resumía en una frase “Si le das un pescado a un hombre comerá una vez, si lo enseñas a pescar comerá toda la vida”, y eso es lo que todo mundo necesita comer toda la vida a pesar de que no haya lluvia.
Este año en Coahuila, vivimos una de las peores sequías de los últimos setenta años. De acuerdo a un primer diagnostico dela SAGARPA, se perdieron mas de cinco mil seiscientas cabezas de ganado, por lo cual la dependencia prometió activar un seguro catastrófico de ciento cinco millones de pesos; sin embargo, es fecha de que muchos productores ganaderos siguen esperando este recurso para poder sobrevivir a los efectos del clima.
Tan solo en el municipio de Arteaga se dejaron de sembrar cinco mil hectáreas de maíz por la falta de humedad en el ciclo primavera verano, y lo peor esta por venir, ya que los campesinos pronostican para el próximo año una escasez de alimento y una baja en la producción de carne, y no olvidemos que entre campo y ciudad existe una relación directa que nos impacta a todos.
Al conocer estas cifras me viene a la mente el caso de Saltillo, que este año destinó 10 millones de pesos para barbechar las tierras de cultivo, en ejidos donde el sol quemo todo grano que trato de germinar, en este desierto Chihuahuense del que forma parte nuestra entidad.
Recordando todo esto puedo decir sin duda alguna que es necesario que los gobiernos municipales y del estado, reorienten sus apoyos al agro, con el fin de dar las “redes de pescar” a quienes por décadas han dependido económicamente del tallado de la fibra de lechuguilla, como es el caso de los habitantes del ejido El Salitre.
En esta comunidad, ubicada a cuarenta y cinco minutos de la capital de Coahuila, se creó una empresa integradora que en 2010 ganó el premio nacional forestal, al echar andar un proyecto productivo de recursos no maderables, y con ello ahora exportan a Europa, un producto llamado “Care” que no es mas que fibra de ixtle, teñida con anilina, con la que se fabrican cepillos para la industria automotriz y cada kilo se vende en 44 pesos.
La empresa integradora de ixtle ha logrado dar empleo fijo a diez ejidatarios, pero conforme crezca la demanda de los productos, se podrán ocupar hasta setenta personas, las cuales dejarían de depender de la venta de sus “animalitos” y la cosecha de sus tierras, actividades que además podrían combinar.
Un setenta y cinco por ciento de la tierra de la región sureste de Coahuila es de recursos no maderables como la lechuguilla, la candelilla, la palma samandoca, la gobernadora, el orégano y laurel, que “brota” en el campo a pesar de la ausencia de lluvia.
Mas de quince mil familias de Saltillo, Ramos Arizpe, Arteaga, General Cepeda y Parras, dependen de los recursos no maderables, y todas ellas ya están cansadas de recibir dadivas de programas como “Oportunidades” y “Setenta y Mas”, por eso hoy buscan tener un empleo fijo como el de sus homólogos del ejido el Salitre, donde sus habitantes son un ejemplo de que cuando se les da la “red para pescar” se puede combatir de manera efectiva la pobreza.
Al ser apoyados con siete millones de pesos, los ixtleros del Salitre, compraron maquinaria, con la cual ahora no solo fabrican el “Care”, además elaboraran zapatos, bolsas y sombreros, “sin una sola gota de lluvia”.
En tiempos de sequía, la producción de alimentos es un tema que ha muchos preocupa, pero en Coahuila tan solo el quince por ciento de nuestra tierra es de aprovechamiento agrícola, por eso es necesario que las autoridades otorguen apoyos reales al campo, y deje de “activar” seguros cuando el ganado ya falleció.
¿Por que no invertir esos diez millones de barbecho en maquinaria para el tallado de la lechuguilla? ¿Por que no abrir mas empresas integradoras que detonen la economía de una región? donde los recursos no maderables siguen creciendo a pesar de la sequía.