Por Astor Ledezma
La reciente edición de la Expo feria Saltillo incluyó en su agenda espectáculos con delfines.
Me pregunto si carecen de ideas, o cual será la razón de incluir animales marinos como una atracción de la feria en lugar de apostar por eventos más sanos y dignos.
Me pregunto si la gente que asiste ha pensado en la salud de los delfines, si sabe que sufren por aquella esclavitud de repetir el resto de su vida la misma coreografía para divertir a los demás.
Si se imagina cuantos son los que mueren al no poderse adaptar.
El ser humano se concibe como especie mayor, por lo tanto asume atribuciones que afectan al resto de las especies. Entiende que es el centro del mundo, y que los animales que lo habitan están a su servicio. No solo se los come, también los usa como prenda de vestir, para divertirse y hacer negocio.
La feria de San Buenaventura Coahuila realiza cada año corridas de toros. Recibe a la gente que paga por ver cómo torturan y matan a esos animales.
Pese a todos los atenuantes que puedan haber (que si es un arte, una tradición) sigue siendo un espectáculo bárbaro que involucra el sufrimiento de un ser vivo.
A raíz de esto, se ha creado en el centro de Coahuila un movimiento juvenil llamado Ferias SIN Corridas: entrega de volantes, sesiones fotográficas, pero sobre todo la difusión de la información por las redes sociales, son algunas de las tareas que ha realizado este grupo de jóvenes voluntarios.
No cabe duda que debemos mejorar como sociedad, buscar medios de entretenimiento sanos y no pensar de qué manera seguir esclavizando nuevas especies.
Bien por estos jóvenes que buscan que las ferias sean eventos plenamente familiares, de respeto hacia todas las especies, y que mediante su activismo desean hacer conciencia sobre la masacre pública de toros que dista mucho de lo que debe representar una feria.
Bien por ese anhelo de progreso, de avanzar, de ser más dignos. Me uno a su causa.