POR TERESA QUIROZ
UNIMEDIOS/ SALTILLO, COAHUILA.- Al reconocer que el sistema penitenciario del país está olvidado desde hace décadas, José Luis Musi Nahmias, justificó que la sobrepoblación y hacinamiento de las cárceles en México se debe a la falta de reformas que permitan homologar su operación. 
El Secretario Técnico de la Conferencia Nacional del Sistema Penitenciario de la Comisión Nacional de Seguridad, detalló que es necesario igualar los métodos de planeación, en materia de construcción y arquitectura funcional, programas de seguridad, marco jurídico normativo, protocolos de operación para el diagnóstico, estudio y clasificación de los internos para iniciar con un tratamiento individual, progresivo y técnico en atención a los niveles de peligrosidad de cada interno.
“Es un sistema olvidado de muchos años, se hizo una reforma penitenciaria en 1900 otra en los 70´s y estamos iniciando la tercera, porque hay la voluntad política del ejecutivo federal y por parte de los gobernadores de los estados” afirmó el funcionario.
Destacó que uno de los más importantes cambios en el sistema penitenciario nacional, será el cumplimiento de la condena impuesta por el juez sin necesidad de pisar la cárcel, esto para evitar la sobrepoblación que actualmente se presenta en los planteles de alta seguridad del país.
Explicó que la Ley Federal del Sistema Penitenciario y de Ejecución de Sanciones, regulará -entre otras materias- la delimitación de funciones que corresponderán al Poder Ejecutivo y Judicial en el ámbito carcelario, pues a partir de la entrada en vigencia de la Ley propuesta para la ejecución de las penas privativas y restrictivas de libertad corresponderá al Poder Ejecutivo Federal, mientras que la modificación y duración de las penas al Poder Judicial de la Federación.
José Luis Musi, señaló como un problema persistente en los sistemas penitenciarios el hacinamiento, ya que consideró que la construcción de espacios siempre ha ido más lenta que el requerimiento de éstos.
Dijo que esta sobrepoblación origina muchos otros problemas, como riñas frecuentes de toda magnitud, abusos, corrupción que propicia la venta de toda clase de privilegios, que en condiciones normales no serían tales, sino lo común en un centro penitenciario con espacio suficiente y, sobre todo, la falta de seguridad.