POR JOSELO DE VELASCO
UNIMEDIOS/ SALTILLO, COAHUILA. 18 de mayo 2018.- La candidata presidencial Margarita Zavala explicó el día de ayer durante su participación en Tercer Grado que luego de un análisis difícil pero responsable aceptaba que en una elección polarizada no tenía oportunidad de ganar sino por el contrario ponía a sus simpatizantes en el dilema ético de votar por ella o por un candidato con oportunidad.
Dejó también muy en claro que no declinaba en favor de nadie y aunque dentro del revoltijo de palabras y lo difícil que es entenderla fue muy enfática de no ir en favor de ningún otro candidato, los análisis e hipótesis de un apoyo a otro candidato surgirán inclusive de mi parte, pues es ese el fondo al final de cuentas, Margarita se va para que el 3% de preferencias ayude a los dos aspirantes que andan tras Obrador.
Podríamos decir dos libras creíbles por embonar perfectamente en discursos lógicos. Que Margarita se va para que los panistas inconformes finalmente apoyen a su partido y fortalezcan a Ricardo Anaya. (Discurso que no dudo, promoverán los simpatizantes de Anaya).
Y podemos decir también, Margarita dejó en claro que el PAN ya no podía ganar la elección como alguna vez se mostró en encuestas sin candidato y qué escucharla pronunciar esto junto a la declinación era una indirecta muy específica para que su 3% vote por Jose Antonio Meade. (Discurso que tampoco dudo será difundido por simpatizantes de Meade)
La realidad, creo yo, no beneficia a ningún aspirante fuera de discursos y oportunidades para maquillar encuestas. Margarita estará muy probablemente en las boletas, salvo que el INE reimprima, lo cual por razones de costo espero no se haga. No olvidemos que el principal empeño de la candidata es defender a su marido, antes de una carrera propia. La renuncia es evitar la vergüenza de obtener menos votos que el Bronco y mostrar a un expresidente sin más control político de estructuras.