UNIMEDIOS/ TERESA QUIROZ.- Karina,  escogió no abortar a pesar de que las condiciones en que nacería su hijo serían muy difíciles de afrontar. Aunque en algún momento consideró esta opción ella, asegura que  la elección de haber tenido a su hijo, fue un maravilloso milagro de Dios. Vivía en un ambiente de estudiantes, las aulas, los congresos, maestros y amigos, donde su mayor ambición era ser abogada. Su novio la quería y apoyaba pero desde que quedo embarazada, hace tres años, todo cambio.

“Me compré una prueba en la farmacia y me acuerdo que me fui al baño de la escuela a hacérmela. Estaba súper nerviosa, una amiga estaba conmigo, pero aún así fue un momento muy difícil, mucho muy difícil”, recuerda ahora, 3 años después.

Comenzó a experimentar los cambios de su cuerpo, náuseas, mareos, sueño, cansancio, se decía a si misma, «no puede ser», cuando vio positivos en las pruebas de embarazo , grito y lloro hasta más no poder, pues su novio, no quería tener un hijo, no lo quería, no podía tenerlo. En un segundo Karina vio su vida echa pedazos, sus sueños obstruidos, sus metas desechas, a lo que su pareja le propuso la única  «solución a su problema», el aborto.

Ella es originaria de un pequeño ejido de Monterrey, en saltillo se encontraba estudiando y decidió no decirle nada a sus padres hasta que su hijo cumpliera un año, pues sabia que las criticas y enojo de sus padres no faltarían cuando se enteraran de la noticia, “Con mis papás… bueno, fue el peor momento de mi vida, estaban furiosos, mi papá me dejó de hablar varios meses, llamaron a mi hijo bastardo, una palabra que odio pues no me gusta y mi hijo no es eso. Mis padres hubieran preferido que me quedara con  el papá de mi hijo aunque no me quisiera, pero el no quiso hacerse cargo “

 Después del pasar el tiempo vinieron los retos para Karina, pues se quedo desempleada y en ningún lugar le daban trabajo, su familia no sabia nada y fue cuando decidió refugiarse en la Casa de la Misericordia, donde aceptaron  apoyarla con una condición: querer y respetar el reto que Dios había interpuesto en su camino.

Gracias al apoyo de las hermanas pudo continuar con sus estudios,  sin poner en riesgo su embarazo,  “Ya para después conseguí un trabajo sencillo, también para colaborar con dinero en la casa. Sí tuve que dejar un tiempo de estudiar cuando nació mi hijo, pero pronto me recuperé y ya regresé a la facultad”.

Asegura que desde entonces todo a cambiado, y que su prioridad en la vida, a sus 26 años, no es casarse ni viajar, sólo cuidar a su hija.

“De hombres, ni hablemos”, responde. “Ser mamá de tiempo completo no deja mucho tiempo para salir con hombres, además después de estas experiencias uno se va cansando de los patanes y no vuelve a confiar por que ahora en ves de decepcionar a uno, también decepcionaría mi hijo”.

Por ultimo deja como mensaje una pequeña síntesis de su historia, para que las mujeres que estén pasando por una situación similar, piensen bien las cosas antes de tomar una decisión que acabe con la vida de un nuevo ser:

 “Decidí tener a mi hijo, continuar con mi embarazo, y tener la felicidad más grande de mi vida, pude tener por cesárea mi primer hijo varón, fue la emoción más grande de mi vida, estuve llorando toda la cesárea, cuando me pusieron ese ser humano a mi lado, fue una experiencia sumamente hermosa, nació saludable, fuerte. Hoy día ese ser humano, es la razón de mi existir, lo amo con todas mis fuerzas, es la personita que más quiero en este mundo, jamás me hubiera perdonado asesinar a mi hijo, no imaginan cuanto lloro cuando en las noches lo veo dormidito a mi lado. Mi hijo es un niño feliz, siempre tiene una sonrisa en sus labios y es el regalo más bello que Dios me ha brindado”.

Imagenes de Raymundo Bazaldua

Por UNIMEDIOS DIGITAL

Agencia de Noticias fundada en noviembre de 2011 como un medio de información digital. Primer lugar en el Concurso Nacional Coberturas Periodísticas #PeriodistasContraLaTortura en 2022 organizado por Documenta. Dos premios estatales de Periodismo 2016 y 2018 en Coahuila en la categoría de Reportaje.